La incorporación del acero en las naves industriales desmontables - Naves desmontables y carpas industriales

Naves desmontables de acero

La incorporación del acero en las naves industriales desmontables

31 agosto, 2022

El acero siempre ha estado presente en las naves industriales desmontables. Su uso ha sido imprescindible en la fabricación de perfiles y anclajes, entre otros elementos periféricos de sujeción y refuerzo.

Sin duda, es un elemento imprescindible, que dota de máxima seguridad cualquier construcción de aluminio o madera.

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Según las naves y carpas industriales han ganado terreno a las naves de obra convencional en sectores como el industrial y el logístico, cada vez se ha popularizado más el uso del acero también en cerramientos y cubiertas. Y, en 2015, en Vall dimos el salto a utilizar este metal directamente en la fabricación de las estructuras.

Desde mediados del siglo XX, el acero es el principal material estructural de los edificios de construcción tradicional e ingeniería civil. Lleva más de un siglo utilizándose en construcciones de edificios de gran altura, puentes o plataformas marinas.

El puente de Brooklyn (1883), la Torre Eiffel (1889) o el Empire State (1931) no son solo iconos del uso del acero en la ingeniería civil. Son ejemplos de la gran fuerza y perdurabilidad del acero.

Su dureza y resistencia lo han convertido en un elemento imprescindible en la construcción, con un precio muy asequible, un método de producción respetuoso con el medio ambiente y un desecho 100% reciclable. Así que en Vall, pensamos que un material tan útil y solvente en el sector de la construcción fija, también debería ser el gran aliado de las construcciones desmontables.

De hecho, lleva siéndolo desde la Segunda Guerra Mundial. Aunque su popularidad aún está lejos de alcanzar su máximo nivel.

Naves industriales desmontables en acero - Maxispace

Breve historia del acero en las estructuras desmontables

La fabricación de estructuras desmontables de acero se generalizó durante la Segunda Guerra Mundial, ante la necesidad de edificar a gran velocidad barracones, almacenes y demás estructuras con altas necesidades de resistencia, eficiencia y con la posibilidad de ser trasladables.

Acabada la guerra, este tipo de estructuras siguió avanzando para dar forma a un nuevo tipo de mercado; el de los edificios prefabricados.

Los avances en el uso del acero en el sector de la construcción han permitido dotar a este material de propiedades más específicas y la posibilidad de ofrecer una amplia gama de acabados y calidades. De modo que no es raro encontrar cada vez más acero en las construcciones prefabricadas o desmontables.

Sin embargo, su uso como estructura en carpas o naves industriales desmontables ha irrumpido en el mercado, especialmente, durante la última década.

La globalización y la volatilidad de los mercados han propiciado modelos de producción basados en la eficiencia y ello implica rebajar los costes de edificación, por lo que las naves desmontables han ido ganando terreno a los edificios de obra convencional.

Además, también ha aumentado la necesidad de las empresas de contar con espacios de producción y almacenaje escalables y trasladables para adaptarse a la situación cambiante de cada negocio o proyecto en un entramado empresarial altamente competitivo e internacionalizado. Y estas propiedades solo se pueden adquirir a través de naves desmontables.

Este sector que, en sus inicios, fue ampliamente copado por las estructuras de aluminio, ha empezado a requerir, en los últimos tiempos, propiedades que el aluminio no siempre puede cubrir, ya sean por tamaño, resistencia, perdurabilidad o estética. Así es como las estructuras de acero han irrumpido en el sector y van ganando popularidad, día a día.

La gran ventaja del uso del acero en las estructuras desmontables

La gran ventaja del acero como estructura para naves industriales es también el principal motivo por el que en Vall decidimos dar el paso hacia este tipo de estructuras y diversificar nuestra gama de productos: superar los límites con los que se topaban las estructuras de aluminio.

Las estructuras de aluminio son altamente resistentes, versátiles y eficientes. Y el aluminio también es un material económico, respetuoso y 100% reciclable. Sin embargo, este tipo de estructuras tienen limitaciones a la hora de procurar grandes espacios diáfanos, tanto en ancho y largo, como en altura. Permiten un tipo de construcción modular según el cual, uniendo varias de estas estructuras podríamos obtener espacios cubiertos de cualquier largo y ancho, pero irremediablemente ese espacio estaría delimitado internamente por columnas.

Con el acero, esto no sucede. Hemos conseguido edificar naves totalmente diáfanas de 9.000 m2, sin necesidad de colocar una sola columna o guía horizontal. Así mismo, el uso del acero nos ha permitido considerar el tercer eje dimensional (la altura) como una posibilidad para ganar espacio; gracias al acero, las estructuras también pueden ser más altas.

Esta ventaja solo es posible con las estructuras de acero. La resistencia y la dureza de este material son lo que permite cubrir amplias dimensiones, totalmente diáfanas, manteniendo la máxima estabilidad y seguridad.

La ventaja de ganar en altura es especialmente útil en los centros logísticos, donde no solo se puede aprovechar al máximo el área del terreno, sino también ganar espacio de almacenaje a lo alto.

Pero, además, el acero también es un material estructural cada vez más preciado en el sector industrial, especialmente para la construcción de aquellas plantas que se espera que duren de manera indefinida, ante condiciones de trabajo muy exigentes y efectos meteorológicos muy adversos, sin perder el mayor valor de las naves desmontables: el bajo coste económico.

Naves industriales desmontables en acero - Maxispace

Las propiedades del acero más valoradas en la fabricación de estructuras desmontables

Las ventajas más valoradas de cualquier nave industrial desmontables (sea cual sea su material de construcción) son el precio, la eficiencia y la sostenibilidad. Y el acero cumple con estas tres condiciones:

  • Se trata de un material muy económico, tanto a la hora de comprarlo como a la hora de trabajarlo.
  • La producción de acero es respetuosa con el medio ambiente, ya que requiere un gasto controlado de recursos como el agua o la electricidad.
  • Es un material total e indefinidamente reciclable. De hecho, el 40% del acero que se utiliza en el mercado es reciclado.

Pero, además, el acero añade una serie de propiedades a la construcción de naves y carpas industriales que las convierten en edificaciones mucho más resistentes y perdurables, llegando a superar incluso algunas prestaciones de las construcciones de obra convencional:

  • El acero es altamente maleable, por lo que puede fabricarse en una gran variedad de formas y tamaños.
  • Es un material muy resistente y rígido. Utilizado como estructura puede soportar grandes pesos, fuerzas o acciones, como la fuerza del viento o la lluvia, el peso de la nieve o la violencia de los sismos.
  • El acero es duro y perdurable y sus propiedades pueden mantenerse inalterables durante más de 100 años.
  • Es altamente tenaz, lo que dificulta mucho las roturas en todo el conjunto o alguna de sus partes.
  • Es elástico y versátil y sus propiedades físicas y mecánicas hacen que se adapte a cualquier tipo de aplicación.
  • Es dúctil y su soldadura o conexión es fácil y de gran calidad.

Además de todas sus propiedades inherentes, con el tratamiento adecuado, el acero puede ofrecer una alta resistencia a la corrosión, a la oxidación y al desgaste, con lo que sus propiedades quedarían protegidas incluso en zonas especialmente húmedas o con gran exposición al agua o la sal marina.

Todas las propiedades que el acero mantiene en las naves industriales desmontables

Hay una serie de requerimientos imprescindibles a la hora de construir naves industriales desmontables. Y cualquier material de construcción que se pretenda usar para su construcción debe aportarlos sin excepción.

El acero los cumple todos:

  • Es un material idóneo para una rápida construcción.
  • Se prefabrica en piezas, se transporta y se monta fácilmente.
  • Ofrece muchas posibilidades de forma y tamaño.
  • Permite escalar su tamaño, reduciéndolo o aumentándolo, según las necesidades del proyecto o empresa.
  • Se puede desmontar para recuperar el terreno intacto y se puede trasladar a otra ubicación, con las mismas prestaciones.
  • Su mantenimiento y reparación es fácil, rápido y muy económico.
  • No precisa cimentación, más allá del anclaje al suelo.
  • Aprovecha el espacio disponible al máximo, con un resultado de metros útiles muy superior al de la obra convencional.
  • Todos los elementos que componen la estructura se pueden reaprovechar o reciclar tras su desmantelamiento.

El futuro del acero en la construcción de naves industriales desmontables

A día de hoy, la adquisición de naves y carpas industriales con estructura de acero sigue siendo minoritaria. Las estructuras de aluminio continúan siendo la preferencia de compra y alquiler por parte de aquellos clientes que buscan una solución económica y eficiente a sus necesidades de espacio cubierto.

Esto se debe, sobre todo, a que las dimensiones que posibilita la estructura de acero no siempre son necesarias. La mayoría de clientes que solicitan una nave desmontable ven todas sus necesidades cubiertas con una estructura de aluminio; el material tradicional de este tipo de construcciones que, además, es más barato de adquirir en el mercado.

Sin embargo, en el proceso de construcción y montaje de las naves industriales desmontables, todos los costes terminan igualándose lo suficiente como para que no exista una diferencia económica relevante entre una estructura de aluminio y una de acero.

Es más, teniendo en cuenta las propiedades agregadas del acero, de resistencia, perdurabilidad y espacio diáfano, la relación calidad precio favorece a este material frente al aluminio.

Por eso en Vall trabajamos para dotar de mayor alcance y popularidad a las estructuras de acero, al tiempo que investigamos para optimizar su coste y maximizar sus cualidades. No tanto para competir contra las estructuras de aluminio, que seguirán siendo más rentables y eficientes en según qué circunstancias, sino para competir en el mercado con las naves de obra convencional, de construcción fija e inalterable.

Porque, sin duda, las naves industriales de estructura de acero consiguen cubrir necesidades de clientes que, hasta ahora, no veían en las desmontables una solución definitiva a sus retos.

Carles Vall General Manager